Basada en el texto Un beso en la frente de Esther B. del Brío González
Adaptación dramática: Jimena Eme Vázquez
Dirección: Isabel Toledo
Elenco: Assira Abbate y Tae Solana
La violencia en las relaciones se puede manifestar de maneras que se creen inofensivas. Al menos al principio. Sin embargo, esta no tiene límites.
Ana se enamoró de Víctor Martín con tan solo un beso en la frente sin imaginar qué le pasaría al resto de su cuerpo al decidir compartir su vida con él. Malos tratos, menosprecio y golpes derivaron en 8 años en coma. Sin embargo, más importante que el silencio que las heridas del alma causaron, era proteger a Eva, su hija. Ana despierta.
Un beso en la frente parte de la autoconversación que Ana tiene durante la transición de despertar del coma. Recuerda todo lo que pasó y cómo llegó ahí. Ana, encerrada en su cuerpo paralizado, dialoga consigo misma, con su madre, con su hija y con su agresor. En la escena se conjuga realismo, narraturgia e incluso simbolismo para exponer la violencia que la protagonista vivía. A través de metáforas visuales que dialogan con lo doloroso de la situación dramática, la obra expone una situación desafortunadamente habitual en nuestra sociedad.
La pertinencia de la obra recae en su tema. Ignorar la violencia en las relaciones suele ser algo común, nos han enseñado que es normal. Solemos permitir que pasen de largo aquellas agresiones. Lo que no sabemos es hasta dónde puede llegar todo eso.
En México son asesinadas 9 mujeres al día, y muchas de ellas son asesinadas por sus parejas o por personas con quien se relacionan muy cercanamente. ¿Qué es lo que permite que se ejerza tal grado de violencia sobre unx? Quizás una falsa idea del amor, quizás el miedo. ¿A qué? A la soledad, al otro, a más dolor. Es importante hacer evidente estas situaciones para que todas y cada una de las mujeres que se vean identificadas ahí sepamos que no está bien, esperando que algún día, esa situación ya no sea una que todas reconozcamos. “Nadie puede necesitar a un hombre como ese”.
Un beso en la frente es un golpe al corazón, es una herida abierta, es dolor latente, porque sabemos que eso ha pasado y sigue pasando y porque deseamos que pare. A través de lo creativo, la obra transmite la valentía que se necesita para poder dejar los infiernos que nos persiguen, porque no es necesario quedarse.
El teatro, ésta y muchas otras veces, ha sido para mi un lugar que enuncia un dolor personal, social o universal. En lo personal creo que esa es su función, aunque también sea la de entretener, aunque se siga diciendo que el teatro no es necesario. Lo que sí es necesario es hablar de temas importantes para poder mostrarlos y quizás combatirlos a través de una plataforma de entendimiento, compasión y empatía y no desde el juicio. Porque, si el arte sublima. ¿Cómo se sublima el dolor?
Diseño de escenografía, iluminación y vestuario: Natalia Sedano
Diseño sonoro: Diego Espinosa
Jueves y viernes 8:00 pm. Sábados 12:00 pm y 7:00 pm. Domingos 12:00 pm y 8:00 pm. Hasta el 2 de febrero
Teatro Juan Ruiz de Alarcón (Centro Cultural Universitario, Ciudad Universitaria, Insurgentes 3000 CDMX)
Duración: 50 min.
Siempre suya
Fernanda, la Tancha, Albarrán
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