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  • Foto del escritorFernanda Albarrán

FIERAS


Adaptación de Estefanía Norato y Xhaíl Espadas del texto de La Fierecilla domada de William Shakespeare

Dirección: Xhaíl Espadas

Elenco: Mariana Villaseñor, Alan Uribe Villarruel, Salvador Carmona, Armando Comonfort, Óscar Narváez, Estefania Norato, José Carlos Rodríguez, Gustavo Schaar, Mario Vera.


La fierecilla domada es una de las comedias más reconocidas de William Shakespeare, una donde se ve a una mujer difícil ceder ante el encuentro con un hombre igual de desafiante que ella. Pero esta puesta en escena no es una comedia.


La historia comienza con dos hermanas. La hermana menor, Blanca, se quiere casar, pero su padre no la dejará hasta que la hermana mayor, Catalina, se case. Sin embargo, Catalina ha rechazado y tratado mal a todos los hombres del poblado. Ante tal desafío, los pretendientes de Blanca llaman a Petruccio para que la conquiste. Él, un hombre rabioso de carácter decide tomar el reto con tal de obtener la gran dote que Catalina significa.


Hasta aquí, esta es una historia que hemos escuchado, leído y visto repetidas veces. Una historia en la que romantizamos a una mujer que no quería casarse y termina enamorada de aquel joven que luchó por su amor. Sin embargo, la versión de Xhaíl Espadas y Estefanía Norato no es la de Shakespeare. En esta versión no se romantiza nada y más bien se expone como una historia donde Petruccio violenta a Catalina hasta el sometimiento, una en donde ella no se enamora de él y más bien renuncia a su carácter para obedecerle y evitar los golpes y gritos contra ella y contra quien se le cruce. Una realidad bastante cercana en nuestro país.


Esta representación de este clásico de Shakespeare me parece que hace lo que se debería hacer con los clásicos hoy en día: Sí se quiere montar un clásico se tiene que ser críticos con ellos y hacer lo que se tiene que hacer. Hoy en día La fierecilla domada es un texto que de origen es machista. No se podría montar como una comedia porque sería una apología.

Técnicamente la obra toma pedazos de la dramaturgia, los sintetiza y los intercala con rompimientos posdramáticos de parte de los actores donde hablan sobre las confrontaciones que esta obra les ha provocado.


Las partes del texto clásico nos narran la historia, pero aquí no se eufemiza la violencia, se potencia y se expone y eso es lo que impacta y provoca incomodidad. Corporalmente los protagonistas Alan Uribe Villarruel y Mariana Villaseñor tienen un manejo que sorprende y que hace creer que esa violencia que se está viendo, es real. Ahí radica su virtuosismo. Pero es en el rompimiento y el posicionamiento donde se teje la conexión con la actualidad.


Hay generaciones en desacuerdo, otras que se identifican, pero en todos se puede ver el reconocimiento del dolor ante tal situación y las diversas situaciones que nos rodean tan cercanamente. Y la respuesta está ahí mismo, justo porque duele hay que representarlo.


El teatro es una plataforma para representar la vida, lo bello, lo doloroso, los problemas sociales y para eso debe ser usado.


Esta es una puesta confrontante y dolorosa, es brutal en su violencia y enérgica en su propuesta escénica. Es una tragedia que un día fue comedia. Es un posicionamiento ante lo que ya no debería ser.


Diseño de escenografía e iluminación: Mónica Raya

Diseño de vestuario: Libertad Mardel

Diseño sonoro: Yurief Nieves

Combate escénico: Antonio Peña

Movimiento corporal: Irene Repeto

Maquillaje y peinados: Cinthia Muños


Del 1 al 30 de junio 2023, de jueves a domingo en la Sala Héctor Mendoza de la CNT



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