Compañía: Confinados teatro
Dramaturgia: Manuel Barragán
Dirección: Sandra Félix
Elenco: José Cremayer, Gilberto Dávalos, Sebastián de Oteyza, Juan Celis, Ángel Rossell y José Alejandre
Compartir el espacio de vivienda con alguien más conlleva toda una aventura. Estos cuatro presos, que son rumis de celda, nos mostrarán cómo se puede sobrellevar la estadía en la cárcel teniendo una buena compañía.
Federico, Oscar, Leo y Enrique terminaron en la cárcel por distintas razones. Al principio no se llevan bien, pero con el tiempo, el encierro y la convivencia los hacen volverse amigos. Jaime se queda sin casa al cortar con su novia y le pide ayuda a su amigo Samuel, quién le consigue un trabajo como maestro de teatro en el reclusorio dónde se encontrará con los rumis. Juntos conformarán su grupo de teatro e intentarán montar diferentes obras como La casa de Bernarda Alba, Romeo y Julieta, El enfermo imaginario, y Casa de Muñecas sin lograrlo con éxito.
Esta obra virtual comienza contándonos 6 historias que se yuxtaponen y que posteriormente se entretejerán. En este caso, el cómo expone el qué, pues el texto nos presenta a estos cuatro personajes como cuatro individuos que en otras circunstancia no podrían haber coincidido, sin embargo, en la cárcel terminarán involucrándose los unos con los otros.
En un principio, los monólogos de los personajes relatándonos cómo es que terminaron en la cárcel, son difíciles de hilar entre sí, pero conforme va avanzando la obra, estas cuatro historias terminan por converger.
El tono cómico con que la dramaturgia se acerca sarcásticamente a la realidad de los personajes hace que nos mantengamos atentos. En suma, las transiciones entre escena y escena son agiles. Se hace notar la intención de reducir la dilatación de respuesta que implica el Zoom y que puede llegar a afectar el ritmo de la escena. Esta rapidez, aunque en ocasiones desconcierta, termina por darle fluidez a las conversaciones y a la obra.
Visualmente se juega con tonos grises y luces frías que intentan dar la unificación de que los 4 personajes están en la cárcel; además de sombras y algunos otros elementos que le dan textura a la imagen.
El acercamiento con la cámara es simple. Un espacio vacío tras los actores y ellos frente a la cámara, viéndola para simular que ven a su compañero. Se juega con el close up y los medios planos, lo cual vuelve la cuestión visual un tanto invariable. Sin embargo, cuando esta convención de cámara fija se rompe y se exploran otras posibilidades como la ilusión de la mano de un actor llegando a la pantalla del otro, o cómo la pelea de dos que están peleando afecta el espacio vital de los otros, deja ver algunos momentos interesantes.
En cuanto a las actuaciones, podemos observar por un lado unas más realistas que otras. Si bien toda la dramaturgia y sus personajes son cómicos, algunos son abordados desde un tono más realista. Sin embargo, los personajes de Leo y Federico, que rayan en lo fársico y exacerban a un chico homosexual amanerado y un cholo de barrio muy sensible, logran atraparnos y hacernos reír. Este tipo de actoralidad acentúa la comicidad de la dramaturgia pues recalca aquellas características simpáticas de los personajes.
Rumis es una obra virtual que nos habla de diferentes historias que convergen, y que a partir del teatro y del encierro se unen. La amistad se puede encontrar en los lugares menos esperados. En supuesta libertad, podemos sentirnos inmensamente solos, pero estando entre cuatro paredes también podemos estar realmente acompañados. Amistad y teatro para hacernos reír.
Miércoles 8:00pm hasta el 28 de octubre
Teatro La Capilla Virtual
Precio: $100, $200 o $300
Duración: 80 min.
Siempre suya
Fernanda, la Tancha, Albarrán
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