De: Martín Zapata
Elenco: Ana Corti, Adrián Vázquez, Martín Tadeo Zapata, Martín Zapata
¿A dónde van todas esas ideas a las que renuncia un escritor? El dolor debajo del sombrero pone a convivir a tres personajes que han sido relegados por su autor al decidir renunciar a sus sueños.
Un dramaturgo y un cuentista que están solos en un lugar donde aparentemente no hay salida, se relacionan a través de juegos de palabras. Sin esperarlo, aparece una mujer en lencería. Ella sabe de facto que es la personificación de una idea que vivía en la cabeza de un escritor, sin embargo ha sido abandonada. Entre un dejo de incertidumbre y desconfianza, Ana sembrará la discordia entre Daniel y Jeremías. Al menos hasta que el autor que los ha creado llegue a rencontrarse con ellos.
Las ideas que solo se quedan en eso, probablemente se encuentren todas en un lugar indeterminado de esto que podríamos llamar universo. Esta puesta en escena nos plantea qué sucedería si algunas de ellas se encontrarán. Lo hace de una manera cómica poniendo a dos hombres que desean y compiten por la guapa mujer que ha llegado a remover su indeterminada y asentada realidad.
La dramaturgia juega con los limites de la ficción desde los personajes pues ellos mismos saben que están en una obra de teatro pero no aceptan que son solamente una manifestación simbólica de las ideas. Tanto la escenografía como la escenificación apuestan por la simpleza, pues la palabra es la que conduce la acción. Esto se traduce visualmente en un espacio vacío con pocos elementos que simboliza aquella difusa nada donde pudiesen irse las idea cuando se renuncia a ellas.
El dolor debajo del sombrero plantea, a través de una dramaturgia redonda, cómo es que tres personajes que han sido abandonados en distintas facetas de la vida de un autor pudieran convivir, abordando el supuesto de cómo ellos se pudieran sentir, al mismo tiempo que se trata el tema de los sueños que han sido abandonados.
Iluminación: Eduardo Mier
Teatro Cervantes, Guanajuato.
21 de octubre DEL 2019
Duración: 90 min.
FOTO: cortesía del FIC
Siempre suya
Fernanda, la Tancha, Albarrán
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